¿Es un imperio
eso que se despierta
o es a brisa?
Desde la otra orilla de Luxor en Egipto
Invierno en el desierto.
Volví a Egipto luego de haber atravesado la península del Sinaí, el golfo de Áqaba y el largo de Jordania. Por momentos, el desierto se había hecho distancia en los bosques de Ajlun, al noroeste de Ammán.
No obstante, había decidido volver al país africano para conocer una parte de su territorio más emblemático: la ciudad de Luxor.
Mientras veía descender un manto gélido sobre el desierto jordano, abrí mi mapa egipcio y empecé la exploración instintiva sobre cual sería un buen punto estratégico para descubrir las tierras de lo que fue Tebas: una de las capitales más poderosas del Antiguo Egipto.
En este sentido, hay que tener en cuenta que los egipcios subsisten del turismo que rodea al histórico Nilo. Entendí que sería una experiencia totalmente diferente a la vivida en la desolado Sinaí y que reafirmaría al poner un pie en Luxor.
La intensidad del comercio que invadía mi presencia. Paseos por el Nilo, recorridos a caballo, y la constante mirada penetrante que buscaba conectar con los ojos del extraño. No hay manera de evitarlo. Fue parte de este camino.
Por este motivo y siguiendo el objetivo de este viaje, me alejé de la ciudad para llegar al pequeño pueblo de Model. Donde las calles de asfalto no existen y el oído descansa de la rutina. No había extranjeros y es muy probable cruzarse con los propios egipcios que regresan agotados del laborioso día. En definitiva, este sería un auténtico pueblo local.
La hospitalidad del pueblo Model
1. Destino: Pueblo Model
⛴ Transporte #1: La manera más eficaz para llegar a este pueblo es tomar el Ferry Local que permite cruzar del este, lugar donde se desarrolla la ciudad de Luxor y el turismo activo, hacia el oeste, un territorio donde se desarrollan varios pueblos aledaños.
2. Mapa de ruta: Ferry Local de Luxor
🙋♂️ Sugerencia del Aprendiz: Este ferry parte cada 30 minutos y sale 1 L.E. – un precio más que simbólico -. Es el transporte comunitario que se inunda de egipcios que cruzan de un lado a otro durante todo el día. Una vez que llegues al lado oeste de Luxor podes optar por caminar hasta Model (2km aproximadamente) o tomar un Tuk tuk, la moto-carro que más abajo te relato.
Fue gracias a esta ubicación que logré conectar con un padre del pueblo. Esa misma sensación de liderazgo comunitario que había visto emanar al Sheik Mousa, allá por las montañas de Saint Catherine.
Este tipo de personas que tienen la habilidad de poder relatar la verdadera esencia del país actual sin perder la magia histórica. La misma que busqué en esos meses de vagabundeo rebotando entre África y Asia.
Había pasado más de un mes desde aquel primer día que aterricé en el Cairo. Subí al primer piso del ferry y aguardé a que este saliera. Desde la altura observaba ingresar a los últimos trabajadores que corrían con el barco en movimiento.
Cuando este se posicionó hacia el oeste, respiré inmensidad y comprendí que estaba frente al Nilo por primera vez. El río de los cuentos y de infinitas aventuras, un capítulo que surgió luego de tantos desiertos y valles, y al que por fin había logrado conectar para navegar sobre su leyenda.

Cuando escuché atracar al ferry una marea de personas se posicionó sobre la salida. Apenas pudo salir el primero empezó una carrera en la que todo valía.
Desde adentro salieron motocicletas, bicicletas y, en supremacía, familias. No me había percatado cuando ingreso todo aquello, sin embargo, cada hormiga apuntó hacia su destino y en pocos minutos estábamos todos dispersados.
Mientras tanto, a lo lejos vi llegar a un hombre de mediana edad que venía sereno en su antigua bicicleta. Me hizo señas con sus manos para indicarme nuestro punto de encuentro.
¿Cuántas veces te fueron a recibir en bicicleta?
Así fue como conocí a Ismael, la voz de este viaje literario. La mochila me había delatado. Era el único que no llevaba prisa y evidentemente no fue difícil identificarme.
Me acerqué al extravagante ciclista y, tras una breve introducción, me pidió que suba a un transporte distintivo de esta parte del planeta: el tuk tuk. Este moto-carro fue el encargado de llevarme hasta la residencia de Ismael y el conductor, como gran parte de todo Model, era su amigo.

Cuando recuerdo el pedido de Ismael para sacarse una foto con mi mochila al hombro, las voces en viaje se alimentan. En el retrato posó orgulloso con su mano derecha sobre su legendario vehículo y, con la izquierda, en el objeto emblema de la aventura.
Entramos a la residencia y con un té de por medio, charlamos largo y tendido. Enfermero de día y padre de noche. Además, tiene este excelentísimo departamento para huéspedes que construyó ladrillo a ladrillo con el esfuerzo de su trabajo.
En paralelo, vive con su familia en otro pueblo y viaja constantemente para seguir forjando el fruto de la perseverancia. Como lo charlado con Ahmed en el Valle de Atlah, la ciudad turística de Luxor no se salva de la crisis del abandono.

Por este motivo, se necesitan entre dos o tres trabajos formales para poder subsistir en estas tierras. En este sentido, Ismael ya lleva construido dos pisos del departamento y recibe con los brazos abiertos a todos los viajeros que quieran experimentar una región desde la voces de sus descendientes.
🙋♂️ Sugerencia del Aprendiz: Hogar de Ismael
Si buscas conocer un Egipto más auténtico te recomiendo fervientemente a Ismael. Te ayudará en todo lo que necesites y es muy querido en el pueblo, lo que te abrirá muchas puertas a lugares poco frecuentados. Además, su cuñado es dueño de una tienda de bicicletas por lo que… ¡podrás recorrer la historia a dos ruedas!
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